jueves, 23 de febrero de 2017

Mi segundo intento del libro "Drapeados". Vestido de talle bajo fruncido.

Cuando me compré el libro "Drapeados: el arte de modelar prendas de vestir" (que comenté en esta entrada), pensaba que me iba a servir más de inspiración -- como los libros de Pattern Magic (aquí las reseñas de Pattern Magic, Pattern Magic 2 y Pattern Magic 3) -- que para hacer realmente las prendas que proponen. Pero, mira tú por dónde, esta va a ser la segunda prenda (la primera fue esta)  que hago y además contentísima, ya que me ha resultado una experiencia de lo más interesante. ¡Y mucho más fácil de lo que pensaba!
Es un tipo de tipo de patrones muy distintos de lo que hago habitualmente. El vestido que os comento hoy se corta en una sola pieza y con esa pieza se hacen las sisas, las mangas (muy cortitas, tipo farolillo) y la falda fruncida en la cintura. 


De aquí debería salir un vestido...

Como suele pasar, la decisión vino porque encontré una tela inspiradora, en este caso un punto verde liso con una caida y un tacto estupendos.
Y me puse manos a la obra al día siguiente de comprarla. Primero, calcar el patrón. En un patrón tan complicado, es muy, muy importante copiarlo exactamente, con todas sus señales e indicaciones. Y menos mal que los márgenes de costura están incluidos, porque imagínate para medirlos con tanta curva y tanto corte raro.
Patrón ya colocado y listo para cortar. Pedimos a Doña Hisako que nos asista con su sabidulía oliental.
Ya está cortado...qué nervios, ¿qué saldrá?
Una vez cortada la pieza, lo primero que hay que hacer es rematar el escote y las sisas. El escote es fácil, se ve claramente; pero las sisas aún son difíciles de adivinar, así que está señalado el tramo al que debes hacerle el dobladillo. 

Rematado. ¿A vosotros no os parece muy pequeña la sisa?

El siguiente paso de las instrucciones es fruncir y coser las mangas. Por supuesto, voy siguiendo las instrucciones al dedillo, porque todavía no sé muy bien por donde va a salir esto. El hueco que queda para la sisa me parece pequeñísimo y me entra el pánico de haberme equivocado de talla.
Para formar la manga, hay que fruncir entre las señales y luego casar el punto a con a' y b con b'.
Fruncido
Casando costuras. La a con la a y la b con la b.
Una vez que hago las dos mangas, empiezo a tranquilizarme. Esto va tomando forma. ¡Ya voy entendiendo el patrón!
¡Esto ya va pareciendo un vestido!

La falda se hace igual. Se frunce hasta encajar el punto c con c' y luego se cose. Como el corte va en medio de la tela, sin costura alguna, se empieza a coser unos milímetros antes. En el derecho se ven dos pliegues a la altura de la cintura baja (más o menos entre la cintura natural y la cadera) que por fuera parecen como pinzas y le dan mucha gracia al vestido.
Fruncir, medir y encajar, ese es el secreto. Aprovecho para enseñaros otra pieza de mi colección de metros.
A estas alturas estoy dando vivas a Japón y a sus costureros y a sus patronistas ¡que vivan todos! El patrón extraño e incomprensible va encajando milagrosamente y se va viendo un vestido monísimo. Me lo pruebo y me queda hasta bien.
¿Es una pinza o es una costura? Pues un poco de ambas.
Ahora solo queda colocarle la cremallera por la espalda. En las instrucciones pone que sea invisible, pero como no la he encontrado del color oportuno, la pongo normal, que también queda bonita.


Las impresiones son más que buenas. Eso sí, hay que tener varias cosas muy en cuenta si se quiere tener éxito:
  • Copiar cuidadosamente el patrón. No dejarse ni una muesca, ni una indicación.
  • Lo mismo con el corte: hay que hacerlo con mucha exactitud.
  • Seguir las instrucciones al pie de la letra. Como es norma en estos libros, está todo muy bien explicado y las ilustraciones son clarísimas. 
En el fondo, como veis, todo se resume en seguir el libro. Esto plantea algunos inconvenientes: tienes que decidir muy bien la talla porque después debe ser casi imposible hacer arreglos una vez la prenda esté ya cortada. Igualmente, no puedes introducir casi ninguna variante, incluso un simple cambio de largo puede desencajar el patrón. De hecho, el vestido ya acabado me pareció excesivamente corto (una es una mujer respetable y decente) y le tuve que añadir una tira de tela al bajo ya terminado.
Añadido en el bajo. La decencia es lo que tiene.

También es difícil probarse hasta que la prenda está ya muy avanzada, con lo cual estás muy a ciegas durante casi toda la confección. Aunque la verdad es que todo esto no hace más que darle emoción al asunto... y si lo sigues todo bien, el éxito está totalmente garantizado.
Una vez terminado del todo y con todos los remates y perejiles, mis impresiones son buenas, aunque el vestido tiene varios inconvenientes. Por ejemplo, la sensación que me daba al montarlo de que la sisa era muy estrecha es correcta: la sisa queda muy justa. Aunque no resulta muy incómoda por ser la tela elástica, no acaba de quedar confortable del todo. El largo, como ya he comentado, resulta excesivamente corto para mi, aunque con la tira que he añadido en el bajo queda bastante bien y además se resalta la "linea tulipán" de la falda.
La sisa es un poco estrecha, pero queda así de mona


En resumen, toda una experiencia copiar, cortar y montar este patrón.
Y así de bonito queda el vestido. Creo que le voy a sacar mucho partido
Aclaro que las fotos van sin dueña del vestido (yo) incorporada porque hace frío, tengo las piernas blanquísimas y no había fotógrafo disponible. Cuando sea el tiempo de estrenarlo ya os contaré.
Y como hace mucho tiempo que no visito RUMS, me voy a dar una vuelta a ver qué han hecho las colegas costureras.

jueves, 9 de febrero de 2017

Cotilleos de costura: Gala de los Goya 2016

Esta semana he identificado por fin los problemas fundamentales del cine español. No es el IVA, ni el poco público, ni la piratería, ni la falta de financiación. Los problemas del cine español son el escotismo a lo loco, el cortinismo extremo y el largo de los pantalones. Y ahora lo vais a ver. Entremos en harina.
Me fui a Gucci, pagué un pastizal y me dieron ESTO. Por eso tengo esta carita


Lo primero que llama la atención es la mala cara de casi todo el mundo. La iluminación debía ser horrible, porque es mucha casualidad que todos tengan tan mal aspecto. Vale que Dani Rovira estuviera algo nervioso, pero esta carita tampoco es normal.
Como se suelen comentar más los atuendos femeninos, vamos a compensarlo empezando con los chicos. En general, lo tienen mucho más fácil, con un smoking que les quede bien no se tienen que complicar la vida, pero se empeñan en:
  1. No usar su talla. Ejemplos de talla grande aquí y aquí. Y de talla pequeña aquí. La vida está muy mala, lo sé, pero también podéis alquilarlo, machotes.
  2. No cogerle bien el bajo a los pantalones. Esto es tal drama que lo comento aparte.
  3. Querer ser originales y acabar yendo hecho una facha. Esto también merece comentario aparte.
  4. Hacer caso de un brujo malvado que te susurra al oído “el terciopelo se lleva mucho”. Curiosamente, dos políticos han picado en esto : el ministro del ramo y Albert "voyasalvaraEspaña" Rivera .
Lo del bajo tengo que comentarlo aparte porque parece muy general. A ver, señores, el pantalón de un traje debe descansar ligeramente; li-ge-ra-men-te sobre el zapato. O, si es muy estrechito, justo por debajo del tobillo. Ni un metro de tela arrugado sobre el zapato ni para pescar ranas.
Raúl Arévalo, triunfó en los premios y puede apuntarse el tanto de llevar el largo del pantalón en su sitio. En general, los señores ya maduros, que ya han lucido el smoking en muchas galas, lo saben llevar mejor. Miren a José Coronado, a Alberto Iglesias.
Entre los originales están los que aciertan, como este o este. Los hay también que no están mal, pero podrían habérselo ahorrado porque tampoco les sienta especialmente bien ni aportan demasiado como este o este. Capítulo aparte para los "originales" fachosos como este o este o este otro (el despiporre, combinando terciopelo, una especie de capa y un cinturón anudado como de batín).
Emilio Palacios fue muy comentado por su peinado de trencitas. Es muy joven, el peinado le quedaba gracioso (y era más elaborado que el de muchas actrices) y además el traje le quedaba bien, así que ¿por qué no?
Los tiquismiquis dirán que el marrón no es adecuado para un evento nocturno ñiñiñiñiñi, pero a Hugo Silva el traje le queda estupendo y él está tremendísimo, así que le damos la bendición. Y le daríamos más cosas, si se dejara (ains).
Y luego está Andrés Velencoso, que rima con “madre del amor hermoso”. No digo más.
¿Qué se puede decir?
Por cierto, Dsquared2, muy bien. Todos los chicos que lucen sus trajes van estupendos y con el bajo donde debe ir.
Tomad nota, chicos. Así de bien quedan los modelitos de Dsquared2
Pasemos a las chicas. Veo que el tul arrasa. Esto, en principio, no es malo, pero hay que tener cuidado con el aspecto cortinil del asunto. Las cortinas se han visto aquí, aquí, aquí, con añadido de flores y aquí (esta última, especialmente inenarrable). Y la mega cortina de todas las cortinas.
Hay también ejemplos de tul bien llevado y aprovechado.
También hemos visto el espumillón que sobró de Navidad y la ropa de camilla
Cuca Escribano ha salido mucho en los medios por su chal reivindicativo (una artesanía muy apreciable y concienciada). Pero el vestido combinaba el cortinismo por abajo con otra epidemia muy generalizada que comento ahora: el escotismo sin sentido.
A ver, si te pones un escote hasta el ombligo es para que te favorezca. Ir enseñando tetas, pero que se vean raras y aplastadas, pues te lo puedes ahorrar. Ejemplos aquí y aquí y aquí. Y el premio. Y el ejemplo de que otro escote es posible.
Otra tendencia ha sido la de dominatrix / institutriz. Como en las tendencias anteriores, las hay que bien y las hay que mal (combinando osadamente dominatrix por arriba con cortina por abajo).
También llevamos unos años con abundantes dosis de blanco. No tengo nada contra el blanco, aparte de que la mayoría de los vestidos de novia me parecen un horror, pero, no sé, me parece que hay muchos más colores en el universo. No obstante, a pesar de mi gusto por el colorido, hay que reconocer que muchas de las que iban de blanco estaban monas , bastante monas (aunque mejor sin el floripondio) o muy monas .

Ya entrando en temas más personales ha habido tres actrices muy guapas y que me gustan mucho, pero con modelos de señora mayor: Emma Suárez , Ana Álvarez y Aitana Sánchez-Gijón.
Y Cayetana, con lo monísima que va siempre, me parece que aquí se ha sacado poco partido. Eso sí, qué bien escoltada va, la  jodía.

El vestido de Anna Castillo no me gusta especialmente, pero reconozco que es una obra de costura complicadísima.
Paz Vega iba un poco de madrastra Disney.
Geraldine Chaplin gana el premio “soy hija de un genio y tengo ya una edad que me da igual todo”. A pesar de eso, es un Chanel.

Premios especiales a la horribilitud suprema:
Cristina Rodríguez de “Cámbiame” que nos enseña como ir de choni y de princesa Disneyde baratillo en un solo vestido. ¡Reto conseguido!
El horror era esto...
Por cierto, que esta señora se gane la vida diciendo a los demás cómo deben vestir me parece el colmo del descaro.
Bárbara Lennie, es divina y actriz magnífica, pero se ha colocado un traje que sobró del atrezzo de una película sobre los aztecas (o los incas, que más da) y un par de adornos de navidad. Será de Gucci, pero Guchi o Gucho, es un horror.

Hay muchos más, por ejemplo, Pé iba monísima y una de las pocas bien peinadas, Clara Lago llevaba un vestido rarete, pero que a ella le sentaba bien; o Nieves Álvarez, siempre ideal. Yo, ese mismo floripondio lo pondría perdido de pintura de labios, pero ella es una profesional.

Ni una manchita, oiga. Eso es habilidad
Y esto ha sido todo, amigos. Nos vemos en los Oscar.

jueves, 2 de febrero de 2017

Revistas que me compro (y algunas que no): revistas inglesas de costura

En Londres se pueden hacer muchas cosas. Y unas de las cosas que se pueden hacer es comprar revistas de todo tipo, incluidas de costura.
La cantidad es apabullante. En un kiosko de aeropuerto encontré siete revistas distintas, solo de costura en general, sin contar las dedicadas al patchwork. Y de punto, crochet y manualidades varias ni te cuento.
Las de costura están en la segunda fila, pero son un montón
La primera diferencia notable, al menos en las que yo he visto, es que son revistas de costura, no de patrones. Esto quiere decir que los patrones, que los hay, no son los primordial del contenido.
Parece haber dos modalidades de patrón: en formato separata, que viene en un sobre a modo de regalo con la revista y algunos modelos te los puedes descargar de internet si te interesan e imprimirlos tú misma. No soy muy fan de las hojas inmensas de patrones, tan incómodas de manejar, pero tampoco de tener que poner el papel, la tinta y la impresora, después de haber pagado ya por la revista. Bien es cierto que esto te permite imprimir solo lo que realmente te apetezca.
El resto no se limita, como las revistas de patrones, a mostrar fotos de los modelos. Hay artículos sobre distintas técnicas, preguntas de los lectores, reportajes sobre diversos temas costuriles, etc. y muchos, muchos anuncios. Tal vez demasiados, aunque eso es un mal de todas las revistas hoy en día, no solo de las de costura.
Otra diferencia es que no viene solo ropa, sino también cosas para la casa, muñecos y otras cucadas costuriles. Todo muy british, la verdad.
Os enseño primero las que no me compré, para que veais la variedad.


Mundo costuril

Coser fácil y rápido ( o Cose fácil y rápido, que en inglés se dice igual)
Hilos

Puntada
Y ahora las que sí.

Leyendo Sew en una cafetería modernilla ¿se puede ser más cool?

Dressmaker, también con patrones de regalo

Los patrones que traen de regalo las revistas, están hechos con la más cateta elección de telas posible. Y mira que el Burda ya bate records en eso. Al fin y al cabo, son ingleses, qué se podía esperar. Sin embargo, los patrones son básicos bastante aprovechables y seguramente acabaré usándolos en alguna ocasión.

Si consigues olvidarte de las telas, los patrones son apañados

Algunas de las secciones son graciosas, como el concurso de "Costurera del año", con sus diversas modalidades.
Molaría presentarse al apartado de "Vintage"
Como ya comentaba más arriba, no solo hay ropa, tambien chuminadas varias, con ese típico toque cursi, tan british.
¿Qué pasa corazones?
¿Hay algo más inglés que un colador para el té bordado a punto de cruz?

Un detalle que me gusta mucho es que tiene muchísima publicidad local. Es gracioso ver los anuncios de las mercerías y las tiendas de lanas de los pueblecitos ingleses.
Compre en su pueblo, oiga

¡Y mi sección favorita es el consultorio! ¿Quién no ha soñado con poder preguntarle todas sus grandes dudas costuriles a una experta? ¡The Sewing Detective tiene respuesta a todos tus problemas de costura!
Me llamo Lorna Knight (sí, como Michael Knight, el del Coche Fantástico) y estoy aquí para resolver todas tus dudas
En resumen, que no tienen un gran interés pero me las he comprado por curiosidad, por distraerme en la terrible espera aeroportuaria y porque, qué demonios, ¡me apetecía darme pisto con mis revistas internacionales!