jueves, 28 de septiembre de 2017

La friki bolsa para Fernando

¿Qué es un friki? Según la RAE, como adjetivo significa extravagante, raro o excéntrico y como sustantivo, una persona pintoresca y extravagante o que practica desmesurada y obsesivamente una afición.
Pero esta bolsita no es extravagante ni desmesurada, al contrario, es bonita, pequeña y sumamente organizada. Ideal para que un friki desmesuradamente aficionado a los juegos de mesa y de rol pueda llevarse sus artículos indispensables a todos lados. La bolsita tiene un compartimento para dados, ¡cómo no! y también para una libretilla y lápices.
La tela elegida es una loneta con un estampado precioso de un plano antiguo de París. La compré hace mil años y he hecho mochilas, bolsas y cojines con ella. Es tan bonita que no quiero que se acabe, pero también me encanta hacer cosas con ella, así que se me gastará pronto... en fin, las paradojas de la vida costuril, ¿qué os voy a contar? Para el forro, un algodón japonés con el clásico dibujo de ondas. Va en dos colores, no porque yo tenga ideas muy chulas -- que también --, sino porque no tenía bastante con la tela negra y en vez de comprarla del mismo color, me dio por cambiar. El cierre es de un bolso de lona que he desechado recientemente. ¡Viva el aprovechamiento! Como la loneta es bastante sólida, no he tenido que usar entretela.

Organización ante todo
Como siempre en estos casos, es conveniente tener claro qué vamos a meter en la bolsa para adecuar los compartimentos y las medidas al contenido. La medida de largo será la de los objetos que se vayan a guardar, más unos cuatro centímetros de margen (dejaremos dos por cada lado), más margen de costura (1 cm). De alto, la medida del objeto mayor, más unos tres centímetros, más margen de costura.
En este caso van ser lápices, una libreta y ¡muchos, muchos dados! Para que todo vaya perfecto y no se caiga nada, vamos a poner un compartimento con cremallera para los dados y una pieza envolvente para el cuaderno y los lápices.

Primero hay que cortar las piezas:
  • En loneta, las dos exteriores y la tira para hacer los compartimentos de lápices y libreta.
  • El tela japonesa, las dos piezas correspondientes del forro de la bolsa, el forro del compartimento de los dados y las tiras para el cierre.
Forro y forro, todo uno

El arte de quedarse corta al medir y aprovechar para meter un detalle curioso (el estampado al revés)
Primero montamos la cremallera con las piezas de forro y luego la cosemos a la tela principal, derecho con derecho y le damos la vuelta. Hacemos la misma operación con la lengueta superior. Queda justo así, antes de ponerle los compartimentos.
Azul y negro.

Por fuera.
La tela es una monada
Ahora hay que separar la bolsa de los dados antes de ponerle el resto de compartimentos. Lo haremos con una costura vertical justo en la línea en la que luego pondremos la tira de loneta (si miráis bien, se ve la costura en la siguiente foto). La tira de compartimentos se puede rematar con dobladillo o con cinta al bies. Yo soy partidaria del bies, porque la loneta es gordita y el dobladillo quedaría muy abultado.

Además de medir, es mejor comprobar que las cosas caben realmente antes de coser
Cosido y rematado, para que no se mueva nada
Los compartimentos se dividen con una costura y se rematan con puntos de ojal para que no se suelten al meter y sacar las cosas.

El último paso es colocar las cintas para cerrar. El cierre puede ser de lazada, de velcro o, como en este caso, con un cierre metálico chulísimo. Y encima reciclado de un bolso viejo. La cinta de cierre es regulable. Y la forma de hacerla ya la expliqué en esta entrada.
Cierre reciclado ¡Viva el aprovechamiento!
Notre Dame, oh la lá!

Fermé, fermé, totalmente fermé
Para que no me digáis que no se ve bien el cierre

¡Ya solo falta cargar el bolsillo de dados chulos de todos los colores y tamaños!
Antes de juntarme con un friki, yo pensaba que los dados solo tenían seis caras, tonta de mi...
Y con este equipamiento, seréis la envidia en cualquier evento friki, como las Rolea 2017.

jueves, 14 de septiembre de 2017

Tutorial: Cómo hacer un cierre regulable

Casi todas llevamos una tiranta regulable encima, o más bien dos, porque este tipo es el que suelen llevar los sujetadores. En realidad, este tipo de tira que se puede alargar o acortar según nos convenga puede usarse también en ropa no interior, cierres de bolsos o mochilas, etc.
Es muy útil y muy fácil de hacer pero, como casi todo, tiene su truquillo. Vamos a hacer una juntas y os lo enseño:
En primer lugar, los materiales.
No puede faltar una composición geométrica
  • Una tira principal de tela o elástico.
  • Una tira pequeñita que servirá como base.
  • Una argolla, que completará la base con la tira anterior.
  • Una hebilla.
  • Un cierre. Si estamos haciendo una tiranta, este puede ser opcional, ya que la esta irá cosida a la prenda y también puede sustituirse por un ojal y un botón. Pero como ahora estamos haciendo un cierre de un bolsito, necesitaremos un cierre con dos extremos.
Lo primero es fijar la base, que se compone de una tira y una argolla, por la cual correrá la tira principal regulable.
Se pasa la tira por la argollita y se cose, sin mayor complicación
 Después pasamos uno de los extremos de la tira larga por la hebilla y lo cosemos.

Muy cosido

Y mucho cosido
Ahora pasamos la tira por la argolla de base.


Y ya solo nos queda pasar el otro extremo de la tira también por la hebilla, tal que así:
 
Primero por un lado...

y luego por el otro
De lado se ve mejor
Tendremos cuidado para que la hebilla quede al derecho.
Si fuera una tiranta el extremo iría directamente cosido a la prenda o abrochado con un botón, pero como esto es un cierre, en ese extremo va una de las piezas.
Cierre terminado
Con más detalle
Y aquí con el otro extremo del cierre

Y hasta aquí hemos llegado. Como habéis visto, es una técnica muy sencilla y con muchas aplicaciones. Aparte de la habitual en ropa interior y bikinis, también es útil en ropa infantil  o, como aquí, en bolsos y mochilas. Además, si las hebillas y cierres son bonitos, como este que os he enseñado, añaden un elemento decorativo a la prenda.
¿A que os preguntáis dónde va cosido este cierre tan bonito? La respuesta en breve...

jueves, 7 de septiembre de 2017

Vestido "Shanghai Girl"

Todo empezó una tarde de agosto en el metro de Shanghai -- ¿os habéis fijado qué cosmopolita suena esto? --, allí estábamos, viajando hacia Pudong y disfrutando del aire acondicionado en una tarde sofocante, cuando entraron dos mujeres, madre e hija, al parecer. Ambas elegantes y la hija en particular, bellísima y con una de esas pieles de porcelana que solo se ven el Oriente. Pero aparte de su belleza (de esas que hacen que una dude de su heterosexualidad), nos llamó la atención el vestido que llevaba. Era blanco y de dos capas. La primera, la capa interior, de seda o viscosa un poco brillante, de corte recto y algo suelto, con solo dos pinzas en el pecho. La capa exterior era una organza transparente, pero un poco rígida, con un corte un poco más amplio y sin pinzas. Ambas capas unidas por el cuello y las sisas. En la parte trasera del cuello llevaba una cremallera vista, embellecida con una cinta de la misma tela del vestido interior. El efecto era envolvente, muy delicado y lleno de movimiento, ya que la organza exterior era muy vaporosa, pero a la vez, muy sencillo y cómodo, porque ambos vestidos iban muy sueltos.
Me llevé todo el viaje tomando nota mental de los detalles. El vestido, además de bonito y original, tenía todos los detalles que delatan una prenda no comprada, sino hecha por una modista (y una muy buena, además). La chica estaba justo al lado, así que me dio un poco de cosa hacerle una foto, pero puedo aseguraros que estaba muy, muy bien confeccionado.
Cuando volví, me di una vuelta por las rebajas y, mira tú por donde, que me encontré un lino con mezcla de viscosa (¡mejor, menos arrugas!) y una organza de seda del mismo color y las dos a muy buen precio. 
Mi idea era buscar un patrón de vestido vestido recto y sencillo y cortarlo dos veces: una en el lino, con las medidas exactas y otra en la organza, dándole un poco más de vuelo.
Seda y lino, que una se merece todos los lujos...
Encontré el vestido nº 109 del Burda 4/2013, que hice hace años en una tela de punto. De este modelo me gustan las sisas un poco metidas y las pinzas, que no van en el busto, sino en la sisa y ajustan muy bien.
Pinzas pequeñitas en la sisa. Y fijáos en que está ligeramente entallado
Corté dos vestidos. El primero en lino, con el patrón original tal cual, con un ligero entalle y pinzas en la sisa. Hice dos mini modificaciones: corté la parte trasera en dos para dejar una costura central en la que insertar la cremallera y lo alargué para que quedara justo en la rodilla. Para el segundo vestido copié el patrón y, a partir de la sisa, hice una línea totalmente recta, sin entalle alguno, dándole un poco más de vuelo en el bajo y unos 5 cm más de largo que el vestido interior. Con ese segundo patrón corté la organza. He de decir que les tengo bastante respeto a las telas finas y vaporosas y que este respeto está más que justificado. Cortar el vestido exterior fue una pesadilla, la tela se movía, no había forma humana de cortarlo recto...eso sí, al menos no se deshilacha.
Montarlo no es tan complicado, menos mal. Os cuento:
  • Primero cierras las pinzas del vestido interior y lo coses entero: costuras laterales, trasera y de los hombros. Solo se dejan 20 cm en el cuello para la cremallera
  • Haces lo mismo con el vestido exterior, solo que sin pinzas. Al ser una tela transparente, es conveniente coserlo con costura francesa para que quede más curioso.

Voy a pgepagar una sena de picoteo y después voy a coseg esta costugga fggansesa
  •  Pones el vestido exterior encima del interior, revés con derecho y los fijas en sisas y cuello con alfileres, cuidando de que coincidan las costuras.
  • Coses juntos los dos vestidos por el cuello y por las sisas. Yo los cosí con costura y luego los remallé juntos, para más seguridad. Cuando fuí a rematar con el bies, me di cuenta de que quedaba el borde muy grueso y tuve que recortarlo, pero aún así aconsejo remallar, ya que las dos telas quedan más afianzadas para la manipulación posterior y además, así no se deshilachan.

Di sí al remallado
  • Colocas la cremallera trasera, uniendo también los dos vestidos. Yo la dejé a la vista porque me gustaba el contraste de color, pero se puede poner de forma normal o incluso una invisible.

Alfileres a cascoporro
  • Cortas cintas al bies de la organza para rematar cuello y sisas. Mucha paciencia con esto, porque cortar el ángulo exacto en este tipo de telas es el horror.

Cuéntale a esta tela lo que es un ángulo recto
  • Recortas el remallado y colocas el bies. Como la organza no se deshilacha, eso te permite recortar por el interior sin rematar y así queda aún más fino.

Recortado justo al borde y ya está
  • Fijas el largo del vestido interior y coges el dobladillo.
  • Fijas el largo del vestido exterior, que debería ser más largo que el interior. O quizás más corto, la cuestión es que se vea claramente que hay dos telas distintas y el efecto del movimiento entre ellas, porque, si no, ¿para qué nos estamos tomando todo el trabajo de hacer dos vestidos?
  • El dobladillo se hace con la técnica del zigzag por el borde, que ya os enseñé en esta entrada ¡y que queda estupenda en telas finas!

Queda tan profesional y tan limpio, que casi ni me creo que lo haya hecho yo
  • Para rematar del todo, se puede ribetear la cremallera con la misma tela o ponerle un adorno abajo, que es lo que he hecho yo, en este caso con un trozo de lino del vestido interior.
 ¡Y ya estás lista para hacer turismo!
Castigada de cara a la columna

El vestido se ve poco, pero el Alcázar sale precioso
Aquí, sí
Y como acabo de enterarme de que RUMS se despide, así que ¡allá vamos!